Las Grandes Diferencias

YO OPINO
Ya pasó la tormenta, la Selección Argentina fracasó en su intento de llegar a la final del Mundial. Quedan muchos elementos para analizar que intentaremos desmenuzar en las siguientes palabras:

1.Argentina hizo una excelente fase de grupos, con un rendimiento excepcional en un universo reinado por la mediocridad. Fue el equipo más goleador (con 7 tantos), tuvo al jugador más desequilibrante (Messi) y recibió tan sólo un tanto (frente a Corea del Sur). Antes de comenzar los cuartos de final, Higuaín estaba como goleador de la copa.

2.Maradona dejó en ridículo a muchos “analistas” deportivos, demostrando que sí entiende de fútbol y que tiene algo demasiado valioso, que pocos tienen, una habilidad innata para transmitir mística, confianza, seguridad y euforia futbolística a sus dirigidos. El autoconvencimiento es algo fundamental a la hora de competir a estos niveles, entender que uno está en condiciones de ganar a sus competidores. Seguramente se le reproche la poca capacidad para delinear un esquema táctico que sustente un convencimiento idealizado, el de demoler a sus rivales.

3.Frente a Nigeria y en grandes tramos de Corea del Sur, Maradona delineó un equipo que, a priori, suponía un acierto táctico y estratégico por parte del cuerpo técnico. Emplazando en sus correctos lugares a sus principales piezas futbolísticas. Sin embargo, con el transcurrir de los encuentros, esto se fue deshaciendo, quizá intentando profundizar la idea, Maradona pecó y coaguló a un Messi que había sido estupendo en las dos primeras fechas, a un lugar neutral y abundado por la fricción sumado a las bajas probabilidades de ejecutar al arco, el mediocampo, por delante, incluso, de las líneas medias de los rivales de turno (pegadito, en muchos casos, a Mascherano).

4.Las variantes que fue introduciendo Maradona a lo largo del Mundial, encuentro tras encuentro, significaron, en los inicios de la competición, intentos de resolver déficits que podrían resultar pecados graves a la hora de buscar la gloria (consolidar la defensa por el sector derecho, por citar un ejemplo). Fue, quizás en el abuso, o gracias a las falsas expectativas, que se introdujo a Maxi Rodríguez por J.S. Verón, intentando delinear un mediocampo más combativo para, de alguna manera, equilibrar un equipo diezmado gracias a su afán ofensivo. Mi manera de ver dice que, este cambio, significó la muerte anticipada de la luz propia de la estrella del equipo, Lionel Messi, condenándolo a ser el creador y el finalizador de todas las jugadas ofensivas del conjunto albiceleste, obligaciones que dada la dinámica del fútbol actual, son imposibles de cumplir con sostenimiento a lo largo de siete partidos que cada vez se hacen más complejos y difíciles.

5.México dejó en evidencia un conjunto de fallas colectivas que los anteriores rivales no supieron sacar a relucir en Argentina. El pecado grave de esto, es que recién comenzada la fase principal pudimos conocer las debilidades, muchas de ellas vitales, que poseía el equipo. Argentina llegó al Mundial gracias a un esquema “yo garantizo el cero en mi arco y la meto si puedo” que, seguramente gracias a lo difícil que resultan las eliminatorias sudamericanas y el poco tiempo que el DT tiene de trabajo, obligaron a Maradona a hacer uso de un esquema mezquino que permita clasificar a un equipo lastimado hasta ese momento. Nada resultó sencillo y Argentina clasificó sudando la camiseta, gracias a circunstancias agónicas que permitieron, a último momento, estar en Sudáfrica.
En el Mundial, Argentina mostró otra cara, algo más parecido a lo que suponíamos que Diego era capaz de intentar plasmar en cancha. Un equipo ultra ofensivo, con ambiciones goleadoras. Por supuesto, sustentado en la abundante materia prima con la que contó, con las principales figuras de los mejores equipos del mundo (los más campeones). La Selección salió a ser otra, ya no era la de las Eliminatorias, con Nigeria ya había limpiado su imagen parca y, frente a Corea, terminó de perfilar un imaginario en los hinchas que permitía soñar con el título mundial.

6.Alemania terminó con las aspiraciones. El combinado teutón supo lucrar con los errores argentinos, algo que México no pudo o no supo, quizás por evidentes diferencias en cuanto a talento individual de sus jugadores frente a los jugadores alemanes. Es cierto que el gol temprano de Alemania redefinió de antemano la estrategia de ambas selecciones, sin embargo el combinado europeo en ningún momento renunció a atacar y a hacer posesión del balón, todo lo contrario, le discutió la pelota todo el tiempo a la Selección Argentina. Difícilmente Alemania, de no haber conseguido esa ventaja temprana, hubiera jugado de otra manera, lo que sí, evidentemente, ese gol le otorgó frescura a sus jugadores, y permitió abrir más los espacios, ya de por si grandes, por los cuales se desenvolvían los players alemanes.
Argentina en ningún momento amenazó la supremacía alemana en el campo de juego. Tuvo una ráfaga al comienzo del segundo tiempo, en dónde existieron, con idénticas probabilidades, las posibilidades de que Alemania incrementara su ventaja en el tanteador o de que Argentina lograra el empate tan ansiado.
Cuando Alemania marcó el segundo gol, todo se desmoronó. Ya todo era esperar algún milagro o simplemente limitarse a observar el tanteador final (ya no importaba, ni a Maradona ni a los espectadores, la diferencia de goles entre un equipo y otro).
Alemania resultó ser un equipo compacto, dinámico y armónico. Esta última cualidad, a mi modo de ver, significó la clara ventaja teutona, en la cancha se evidenciaban un sinfín de movimientos reinados por la armonía. Resultaba difícil observar a un jugador argentino en posesión de balón, marcado por tan solo un jugador alemán, por lo menos uno más (al que marcaba) estaba esperando y haciendo sombra ante una eventual gambeta argentina. Los alemanes demostraron que, a la hora de atacar, poseen virtudes implacables, en dónde las características principales pasan por la velocidad, el cambio de ritmo y la simplicidad en los toques. Difícilmente hayan habido jugadas alemanas en dónde un jugador haya abusado de la tenencia del balón, el toque simple y automático fue ley, la excepción la marcó Schweinsteiger, la figura de la cancha, en una jugada tipo papi fútbol, en dónde pasó a tres jugadores argentinos y asistió a Friedrich para el gol.

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